EL MÉTODO DE ENSEÑANZA DE LA DRA. MARÍA MONTESSORI

EDUCACIÓN: ACEPTAR LA NIÑEZ

II   El Método María Montessori

"Sin duda alguna en el pasado fuimos los opresores inconscientes de esta nueva semilla que brota pura y cargada de energía. Y nos hemos impuesto a ella sin reconocer las necesidades de su expansión espiritual. Así, el niño se ha mantenido casi totalmente oculto –o en gran parte opacado– por este egoísmo inconsciente del adulto. No sería muy bien recibido, supongo, que yo dijera que con frecuencia el adulto se convierte en un obstáculo más que en una ayuda para el desarrollo del niño.(…) y por consiguiente la expansión de su propia personalidad...”                María Montessori

Una biografía itinerante.

     Como les contaba en el artículo anterior, los vaivenes de la historia europea tuvieron bastante que ver con la expansión de las ideas de María, quien siendo médica y antropóloga, se interesó por el cómo aprendían los niños de su época. Inicialmente, aquellos con disminuciones intelectuales, los “anormales” que se diagnosticaban con baterías de test -eran el último grito del avance científico-, y se los separaba de la sociedad con el sello de “casi normal” o “imbécil”. 

Durante el régimen de Benito Mussolini, Montessori, acusó públicamente a la doctrina fascista de "formar a la juventud según sus moldes brutales"; por esta razón abandona su tierra en 1933, estableciéndose posteriormente en Barcelona. Su método empieza a conocerse, especialmente en Inglaterra, Holanda, Francia y Estados Unidos.

 

Sus ideas.

Maria Montessori fue una adelantada para la época en que vivió. Lo que hacía era reforzar la autoestima de los chicos a través de juegos y del trabajo manual y una vez que ellos sentían que podían avanzar, María iba transmitiéndoles el conocimiento de las letras y de los números. En poco tiempo, la doctora empezó a ser respetada entre el pequeño grupo de profesores y de padres que la conocían y ella pensó que su método podría ser aun más eficaz si lo ponía en práctica con chicos que no tuvieran ningún tipo de dificultad.

El principio básico que ella sostenía era que el niño necesitaba estímulos y libertad para aprender. El maestro tenía que dejar que el alumno expresara sus gustos, sus preferencias y algo más importante aún, había que dejar que se equivocara y volviera a intentar lo que había iniciado. Montessori insistía en que el rol del maestro dominante había que cambiarlo y dejar que el alumno tuviera un papel más activo y dinámico en el proceso de aprendizaje.

Dicho método está basado en observaciones científicas hechas por la investigadora,  relacionadas con la capacidad (casi sin esfuerzo) de los niños, para absorber conocimiento de sus alrededores, así como el interés que estos tenían por materiales que se pudieran manipular. Cada pieza de equipo, cada ejercicio, desarrollado, fue basado en lo que ella observó que los niños hacían "naturalmente", es decir, sin ayuda de los adultos.

A los niños se les enseña. Esta verdad simple pero profunda inspiró a Montessori a buscar la reforma educativa (metodología, psicología, enseñanza, y entrenamiento del profesor) basado todo, en su esmero por fomentar que uno mismo era quien construía el aprendizaje.

Principios en acción.

Aquí no hay educación, sino educandos, no hay enseñanza sino discípulos, no hay reglas mecánicas sino “principios en acción”. 

¿Cuáles son estos principios? La libertad, la actividad, y la individualidad.  En Montessori, la libertad no tiene que ver con una adaptación social o política, sino como la condición necesaria al desarrollo de la vida, pura y simplemente., por ello exige la transformación del ambiente escolar. Pupitres móviles y posibilidades de expresión. Descartar los premios y castigos de coacción. Sin embargo ello no implica abandono sino libertad como sinónimo de actividad con el objetivo de disciplinar para la actividad, para el trabajo, para el bien, NO para la inmovilidad, la pasividad y la obediencia ciegas.